«Estoy aquí para negarme porque en la guerra no hay vencedores. Esto no es un juego de suma cero. Yo quiero promover la paz y mostrar que el cambio es posible». (…) El 25 de febrero, fecha de mi reclutamiento, me negaré a alistarme e iré a una prisión militar por eso. Rechazo participar en las políticas violentas de opresión y apartheid que Israel ha impuesto al pueblo palestino , especialmente ahora durante la guerra”. Obviamente, en la guerra nadie gana y así se manifestaba públicamente la joven de 18 años Sofía Orr. Después de esto recibió amenazas de muerte y violación y fue acusada de traición en las redes sociales. Incluso hubo quienes la describieron como una judía que se odiaba a sí misma.
Gracias a jóvenes insumisas como Sofía es posible cambiar la impotencia frente al odio y el racismo militarista por acción transformadora.
Anteriormente, Tal Mitnick, otro joven de 18 años de Tel Aviv, fue condenado a 30 días de prisión por negarse a alistarse en las Fuerzas de Ocupación Israelíes (IOF). Condenó la agresión a Gaza, describiéndola como una “campaña de venganza… no sólo contra el movimiento Hamás sino contra el pueblo palestino”. El día de su reclutamiento, Mitnick ingresó en el centro de reclutamiento de las Fuerzas Armadas de Israel de Tel HaShomer con otros miembros de la red Mesarvot, un colectivo antimilitarista de jóvenes objetores de conciencia al servicio militar y contra la ocupación de Palestina. Afirmó que no quería participar “en la continuación de la represión y el ciclo de derramamiento de sangre, sino trabajar directamente para una solución”.
El próximo 1 de abril se negará y entrará en prisión Ben Arad, otro joven más de la red Mesarvot. Porque no, en la guerra nadie gana
En la guerra nadie gana
Declaración de rechazo – Sofía Orr
Mi nombre es Sofía Orr, y rechazo incorporarme a las filas del ejército israelí, porque nadie gana con la guerra. Sólo se pierde. Todo el mundo que vive aquí está perdiendo.
En Israel, el siete de octubre, todxs nosotrxs, especialmente quienes vivimos en el Entorno Gaza[1], atravesamos horrores innombrables que nada puede justificar. Desde entonces, decenas de miles de personas han sido evacuadas de sus hogares, soldadxs están siendo enviadxs al frente todos los días a morir y caer heridxs, rehenes permanecen en un cautiverio brutal en Gaza sin ningún plan creíble para devolverles de vuelta a casa, y la sociedad israelí está hundiéndose más y más profundamente con engaños mesiánicos, represión política y sed de venganza.
En Gaza, decenas de miles de palestinxs han sido asesinadxs, más de diez mil de ellxs son niñxs, y otras decenas de miles han sido heridxs.
Innumerables refugiadxs viven en tiendas, sufriendo hambre severa y la extensión de enfermedades, sin elecricidad ni condiciones higiénicas, y lo único que pueden ver alrededor suyo son ruinas.
Todo esto sólo conduce a más odio contra Israel y el aumento del apoyo a Hamás.
Lxs ciudadanxs de a pie de ambos lados están pagando un precio inimaginable en esta guerra, y la situación no está más que empeorando. El presente y futuro de lxs ciudadanxs palestinxs e israelís son inseparables. No es ‘nosotrxs’ contra ‘ellxs’, y no es una situación en la que un lado debe, o puede, derrotar al otro.
La seguridad y la tranquilidad sólo se alcanzarán cuando ambas partes vivan con dignidad: o todxs perdemos en guerra o todxs ganamos en paz.
Casi todas las personas que viven entre el Río Jordán y el Mar Mediterráneo quieren tener una vida tranquila.
Las violentas políticas de ocupación, y ahora la guerra, lo impiden para todxs nosotrxs y empujan a más y más personas de ambas partes hacia la falsa creencia de que sólo la violencia puede solucionar el conflicto.
La guerra sólo fortalece a lxs extremistas de ambas partes y a sus ideologías.
Los poderes fácticos nos dicen, como en los periodos anteriores de violencia, que esta vez ‘destruiremos’ a Hamás, que esta vez la ‘disuasión’ funcionará.
Sin embargo los grupos violentos y extremistas sólo se fortalecen bajo la violencia extrema. Puede ser tentador pensar que ‘una vez que destruyamos a Hamás con la guerra, a continuación alcanzaremos la paz real y la calma aquí’
Pero esto es una ilusión.
Es un relato que ignora el hecho de que Hamás es más que un grupo violento – es el producto de un marco mental violento y extremo que medra y florece entre condiciones de opresión y violencia extrema.
Hamás sólo pudo fortalecerse cuando cada una de las alternativas, horizontes o esperanzas hubieron sido denegadas durante décadas. Es precisamente por esta razón que Hamás únicamente se ha hecho más fuerte desde el inicio de la guerra, tanto en Gaza como en Cisjordania.
Incluso si el ejército pudiera matar a todos lxs milicianxs de Hamás y y desmantelar todos los túneles, sin un horizonte de esperanza, una organización incluso peor surgiría para cubrir su hueco, y el ciclo de violencia continuaría.
El enemigo real no es Hamás, sino en realidad el marco mental extremista que representa, y que tiene su espejo en Israel.
Este marco sólo puede ser desmantelado a través de una búsqueda política de la paz y una propuesta de alternativa esperanzadora para lxs palestinxs.
Israel tiene la mayor parte de la responsabilidad en la búsqueda de esta alternativa, por ser el lado mucho más poderoso. Tiene el poder para avanzar hacia una solución política y establecer el clima, cambiándolo por uno que promueva la paz en vez de la violencia.
Cuando tenía 16 años, visité Cisjordania con mis compañerxs en una visita escolar. Hablamos con colonxs y chicos palestinos de nuestra edad.
Cuando hablamos con la juventud palestina, unx de mis compañerxs les preguntó cuál era el sueño de su vida.
Y unx de ellxs contestó: ‘El único sueño que una persona encerrada en una jaula puede tener, es salir de ella’.
Esta frase ha permanecido dentro de mí desde entonces y es la razón por la que ahora me niego a incorporarme a filas: no quiero tomar parte en un sistema que es el problema y no la solución. Un sistema que pone en riesgo a la seguridad en vez de mantenerla.
Me niego a incorporarme a filas para mostrar que el cambio es necesario y que el cambio es posible.
Me niego a incorporarme a filas, por la seguridad y la protección de todxs nosotrxs en Israel-Palestina, y en el nombre de la empatía que no está restringida por la identidad nacional.
Me niego a incorporarme a filas porque quiero crear una realidad en la que todxs lxs niñxs desde el río hasta el mar puedan soñar.
Sin jaulas.
Imagen destacada de esta entrada: captura de imagen de la entrevista a Sofía Orr por parte de la cadena británica Channel 4, con un interesante análisis de los medios de comunicación, opinión pública y activismo en las calles israelíes.
Entorno Gaza: área que comprende las areas pobladas del sur de Israel que quedan a 7 km de la frontera con la Franja de Gaza (N.T.) ↑
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Declaración de rechazo a la incorporación a filas en el ejército israelí de Sofía Orr
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