Ejemplos anteriores demuestran que debería preparase interposición civil desarmada para desplegarse rápidamente y proteger a la población palestina tras un alto el fuego: garantizaría la paz más sólidamente, de forma más sostenida y duradera, que lo que pudiera hacer nunca una fuerza militar de interposición, y sin su derroche presupuestario.
Fuente: Now is the time to send unarmed peacekeepers to Gaza and the rest of Palestine
Análisis
Ha llegado el momento de enviar fuerzas de paz desarmadas a Gaza y al resto de Palestina
Cientos de protectores civiles desarmados podrían desplegarse rápidamente para ayudar a los palestinos a garantizar una paz más sostenible de lo que jamás podrían hacerlo las fuerzas armadas.
Mel Duncan 28 de mayo de 2024
[Un protector civil desarmado con los Equipos Comunitarios de Pacificación. (Facebook/CPT-Palestina)]
Relatora especial Francesca Albanese: «dicha presencia protectora internacional debería funcionar como el puñado de civiles desarmados afiliados a ONG que actualmente se interponen en Cisjordania y Jerusalén Este»
Cuando el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó finalmente una resolución de alto el fuego para Gaza por 14 votos a favor y 0 en contra -con la abstención de Estados Unidos- el 26 de marzo, fue claro en su exigencia de un alto el fuego, así como en otros puntos clave, como la liberación incondicional de todos los rehenes, el tratamiento adecuado de los detenidos de conformidad con el derecho internacional y el acceso a la ayuda humanitaria y médica. Sin embargo, el Consejo de Seguridad no se pronunció sobre la forma de hacer cumplir estas exigencias, por lo que se asemejan más a sugerencias.
«Asegurarse de que, a la espera de la retirada militar de los Territorios Ocupados, haya un refugio entre los palestinos y los colonos armados y el ejército».
Ese mismo día, un avance del borrador de un informe del Consejo de Derechos Humanos de la ONU ofrecía una idea de cómo podría llevarse a cabo esa aplicación, pidiendo el despliegue de «una presencia protectora internacional» para ayudar a frenar la violencia contra los palestinos en Gaza y el resto de los Territorios Ocupados. Al día siguiente, la autora del informe -la relatora especial Francesca Albanese- amplió su recomendación en una conferencia de prensa en Ginebra, afirmando que dicha presencia protectora internacional debería funcionar como el puñado de civiles desarmados afiliados a ONG que actualmente se interponen en Cisjordania y Jerusalén Este. «Esto es lo que debería hacerse», explicó. «Asegurarse de que, a la espera de la retirada militar de los Territorios Ocupados, haya un refugio entre los palestinos y los colonos armados y el ejército».
Los grupos desarmados de protección y acompañamiento de civiles llevan años realizando con éxito las actividades descritas por el CSNU y el CDH. Debemos acelerar esta respuesta de pueblo a pueblo.
Albanese tiene razón: ahora es el momento de reclutar, preparar y enviar a los Territorios Ocupados de Palestina un gran número de personas protectoras civiles desarmadas y bien formadas para apoyar a la sociedad civil local, proteger directamente a la población civil y reforzar a quienes ya proporcionan protección civil desarmada a pequeña escala. Aunque los Consejos de Seguridad y de Derechos Humanos de la ONU han abierto vías, no podemos esperar a que actúen. El Consejo de Seguridad podría tardar meses -si es que llega a hacerlo- en tomar una decisión, e incluso entonces sería propenso a enviar fuerzas de paz armadas. Los grupos desarmados de protección y acompañamiento de civiles llevan años realizando con éxito las actividades descritas por el CSNU y el CDH. Debemos acelerar esta respuesta de pueblo a pueblo.
Ejemplos en Cisjordania
Como señaló el Relator Especial Albanese, grupos israelíes, palestinos e internacionales ya han estado proporcionando protección civil no armada, o UCP en sus siglas en inglés, en otras partes de Palestina. Ante la intensificación del acoso y la violencia de los colonos y las Fuerzas de Defensa israelíes desde el 7 de octubre, grupos como Ta’ayush, Looking the Occupation in the Eye, el Center for Jewish Nonviolence y Community Peacemaker Teams siguen proporcionando presencia protectora y apoyando la autoprotección en los hogares palestinos y en los puestos de control, así como acompañando a quienes laboran en agricultura y pastoreo.
…el movimiento de base judío y palestino Standing Together movilizó una Guardia Humanitaria para acompañar a los camiones que transportaban ayuda destinada a Gaza.
Recientemente, en respuesta al bloqueo por colonos israelíes de un convoy de ayuda a Gaza procedente de Jordania en el puesto de control de Tarqumiya, el movimiento de base judío y palestino Standing Together movilizó una Guardia Humanitaria para acompañar a los camiones que transportaban ayuda destinada a Gaza. «Siempre existe el riesgo de que ocurra algo físico, por supuesto, pero nuestro objetivo no es enfrentarnos a los colonos», declaró a Haaretz Rula Daood, codirectora nacional de Standing Together. «En lugar de eso, no sólo queremos llamar la atención sobre lo que ocurre en el paso fronterizo, sino que esperamos que nuestra presencia allí haga que la policía y el ejército rindan cuentas».
«…no sólo queremos llamar la atención sobre lo que ocurre en el paso fronterizo, sino que esperamos que nuestra presencia allí haga que la policía y el ejército rindan cuentas».
El 19 de mayo, la Guardia Humanitaria consiguió bloquear a los colonos del convoy en el puesto de control de Tarqumiya, y la policía llegó rápidamente para hacer retroceder a los colonos. El grupo volvió a ayudar a expulsar a los colonos cuando atacaron los camiones en otro cruce. «Hasta ahora todos los alimentos que han salido hoy llegarán a Gaza sanos y salvos», informó un portavoz de Standing Together. Saldrán todos los días para proteger los camiones de los ataques de los colonos.
Guardia humanitaria en el puesto de control de Tarqumiya tras proteger los camiones de ayuda de los ataques de los colonos el 20 de mayo. (Twitter/@omdimbeyachad)
Haaretz informó recientemente sobre las historias de seis activistas israelíes que intentan proteger a los palestinos en Cisjordania. Hillel Levi Faur forma parte de un grupo de unos 100 jóvenes llamado Presencia en Tiempos Difíciles, que ubica a israelíes en hogares amenazados en las colinas del sur de Hebrón. Como subraya Levi Faur, «no dejan de suplicarnos que vayamos. Hay comunidades que te hacen sentir mal si no apareces durante una semana o dos. Dicen: ‘No podemos dormir’. Es terrible tener esas conversaciones».
Hillel Levi Faur forma parte de un grupo de unos 100 jóvenes llamado Presencia en Tiempos Difíciles, que ubica a israelíes en hogares amenazados en las colinas del sur de Hebrón.
Como parte de su trabajo para el Center of Jewish Nonviolence, Katie Loncke informó de ejemplos similares de disuasión a través de la presencia protectora durante su estancia en Masafer Yatta, citando a pastores que pudieron ampliar sus zonas de pastoreo y a una familia que pudo regresar a su hogar.
«…no dejan de suplicarnos que vayamos.»
El estudio de 2016 «Wielding Nonviolence in the Midst of Violence» («Ejercer la noviolencia en medio de la violencia») descubrió que muchas de las personas encuestadas informaron de los efectos positivos de la protección civil no armada en los territorios palestinos, como la mejora del liderazgo palestino y la resistencia no violenta, la ayuda a la gente a conservar sus tierras y permanecer en sus comunidades, la disminución de la violencia contra las manifestaciones palestinas, la reducción de la violencia por parte de los soldados israelíes, la disminución de la violencia por parte de los palestinos, la protección de los escolares y la disminución de los abusos en los puestos de control. Según las conclusiones del estudio, «las personas encuestadas informaron sistemáticamente de que la actividad de UCP ha disminuido la violencia de soldados, colonos y palestinos».
La buena noticia es que los grupos ya activos (Center for Jewish Nonviolenc , el grupo italiano Operazione Colomba, el estadounidense Meta Peace Team, acompañantes del Programa Ecuménico de Acompañamiento en Palestina e Israel, patrocinado por el Consejo Mundial de Iglesias…) están intensificando sus esfuerzos…
La buena noticia es que los grupos ya activos están intensificando sus esfuerzos. El Center for Jewish Nonviolence (Centro para la Noviolencia Judía) está reclutando personas para unirse a turnos de solidaridad de verano de 10 días para reforzar la red existente de presencia solidaria. El grupo italiano Operazione Colomba sigue apoyando la lucha no violenta de las comunidades palestinas al sur de Hebrón, y el grupo estadounidense Meta Peace Team se está preparando para enviar un equipo. Mientras tanto, los acompañantes del Programa Ecuménico de Acompañamiento en Palestina e Israel, patrocinado por el Consejo Mundial de Iglesias, vuelven a su trabajo en Cisjordania.
Un grupo de acompañantes ecuménicos acompaña a niños de camino a la escuela en Tuqu, Cisjordania. (Consejo Mundial de Iglesias/Albin Hillert)
La oportunidad
Aunque la labor actual es extremadamente importante, tendrá que ampliarse considerablemente en número y duración para atender las necesidades no sólo de Cisjordania, sino especialmente de Gaza. Afortunadamente, los recursos humanos existen. Cientos de veteranos protectores y acompañantes civiles desarmados viven en al menos 35 países y han trabajado con una o más de las más de 60 organizaciones que practican el UCP y el acompañamiento. Al menos 20 de estas organizaciones ya han trabajado en los Territorios Ocupados de Palestina.
Al menos 20 de las 60 organizaciones que practican Protección Civil Desarmada y acompañamiento en todo el planeta ya han trabajado en los Territorios Ocupados de Palestina.
Con fondos suficientes (una fracción del coste de cualquier intervención militar), podrían movilizarse, recibir formación actualizada por parte de la gente palestina y desplegarse rápidamente. Trabajando en estrecha colaboración con la población palestina local y los grupos de UCP sobre el terreno, estas personas veteranas podrían llevar a cabo eficazmente los objetivos de la Resolución de alto el fuego del Consejo de Seguridad y del informe del Consejo de Derechos Humanos, entre ellos:
· proteger la prestación eficiente de asistencia humanitaria y atención médica,
· acompañar a las personas amenazadas
· interponerse entre las partes en conflicto
· supervisar los alto el fuego,
· supervisar e informar sobre el cumplimiento del derecho internacional, y
· proporcionar protección directa a la población civil.
Con fondos suficientes (una fracción del coste de cualquier intervención militar), podrían movilizarse, recibir formación actualizada por parte de la gente palestina y desplegarse rápidamente.
Brigadas Internacionales de Paz, por ejemplo, lleva desde 1994 acompañando a personas vulnerables en Colombia, entre otros lugares. La organización que ayudé a fundar, Nonviolent Peaceforce, lleva desde 2011 abriendo el acceso humanitario a lugares remotos y de difícil acceso en Sudán del Sur. El Swedish Fellowship of Reconciliation es uno de los muchos grupos de UCP que -además de proporcionar acompañamiento y presencia protectora, así como de apoyar a las comunidades en su autoprotección- supervisa e informa sobre el derecho internacional, por ejemplo las detenciones arbitrarias en México.
Nonviolent Peaceforce también formó parte del proceso de alto el fuego en Mindanao entre 2009 y 2014, habiendo sido invitada tanto por el gobierno de Filipinas como por el Frente Moro de Liberación Islámica a formar parte oficial del Equipo Internacional de Monitoreo. Reflexionando sobre su trabajo con mi antigua organización en Mindanao, la embajadora Kristine Leilani R. Salle, de la Misión de Filipinas ante las Naciones Unidas en Ginebra, afirmó: «Nuestra experiencia demuestra que los enfoques no violentos dirigidos por civiles pueden contribuir a salvar vidas y a capacitar a las personas de las comunidades para que construyan por sí mismas una paz justa y duradera, incluso en las circunstancias más difíciles».
Estas personas veteranas de la UCP y el acompañamiento también tienen experiencia en la aplicación de una variedad de otras metodologías noviolentas, incluyendo la desescalada, la alerta temprana/respuesta temprana y el apoyo a la autodefensa desarmada basada en la comunidad. Además, tienen una amplia experiencia en el trato con actores armados, ya sean gobiernos en guerra o actores no estatales como los Tigres Tamiles en Sri Lanka, el Frente Moro de Liberación Islámica en Filipinas o las FARC en Colombia. Su objetivo no es convertir a nadie -aunque a veces ocurra-, sino ser capaces de comunicarse entre sí, rebajar las tensiones, proteger a los civiles y prevenir la violencia.
La violencia por defecto
A pesar de los éxitos citados anteriormente, muchos líderes políticos están dispuestos una vez más a gastar miles de millones de dólares en un enfoque de mantenimiento de la paz armado en los Territorios Ocupados. El 16 de mayo, la Liga Árabe aprobó la «Declaración de Manama», que pide el envío de fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU a los territorios palestinos ocupados hasta que se aplique una solución de dos Estados al conflicto entre Israel y Palestina. Esto se produce al mismo tiempo que la ONU retira 13.500 efectivos de mantenimiento de la paz de la República Democrática del Congo a petición del gobierno congoleño, que afirma que las fuerzas de mantenimiento de la paz han fracasado -después de 20 años- a la hora de proteger a los civiles de los grupos armados.
A pesar de los éxitos citados anteriormente, muchos líderes políticos están dispuestos una vez más a gastar miles de millones de dólares en un enfoque armado de mantenimiento de la paz en los Territorios Ocupados
Aunque las fuerzas armadas de mantenimiento de la paz a menudo pueden mantener alejados a otros grupos armados, no están formadas, equipadas ni son buenas en la participación comunitaria, que es esencial para proteger a los civiles y construir una paz sostenible. Las fuerzas militares de mantenimiento de la paz suelen proceder de ejércitos sudasiáticos o africanos, cuyos gobiernos reciben una remuneración por el servicio. Normalmente no hablan las lenguas locales y no se les permite vivir en la comunidad. Por lo tanto, su interacción con la sociedad civil es limitada.
Trabajando con Nonviolent Peaceforce, pude comprobar la falta de compromiso sobre el terreno de las fuerzas de paz de la ONU en Sudán del Sur. Incluso abogué sin éxito -ante el Departamento de Mantenimiento de la Paz de la ONU- por que sus fuerzas de paz armadas protegieran a las mujeres de las agresiones caminando con ellas mientras recogían leña en el monte. Me dijeron que sería demasiado inseguro. Esto es algo que nuestros equipos desarmados hicieron rutinariamente durante cuatro años.
Trabajando con Nonviolent Peaceforce, pude comprobar la falta de compromiso sobre el terreno de las fuerzas de paz de la ONU en Sudán del Sur.
Como las fuerzas de paz armadas tienen un compromiso limitado con la sociedad civil local, que es un elemento fundamental de la protección, lo mejor que pueden ofrecer es una intervención impuesta, temporal y desde arriba. Rachel Julian, de la Universidad Leeds Beckett, observa en su libro de próxima aparición sobre la UCP, «Transforming Protection», que estos enfoques descendentes y armados de la protección suponen que la experiencia y el poder están en manos de unos pocos forasteros, excluyendo a la agencia local. «Esto significa que no se incluye lo que la seguridad significa para ellos, la diversa naturaleza de las amenazas y el cambio transformacional necesario. El cambio transformacional requiere un cambio en el sistema de poder», concluyó Julian.
Ahora es el momento de actuar
Con el ataque a civiles israelíes perpetrado por Hamás el 7 de octubre o el asesinato selectivo del personal de World Central Kitchen por drones de las FDI el 1 de abril, es justo preguntarse por qué los protectores civiles desarmados recibirían un trato diferente. Sin embargo, es la atención internacional suscitada por estas mismas tragedias la que puede ampliar la protección que pueden proporcionar los internacionales. Por ejemplo, en 1987, el ingeniero estadounidense Ben Linder y otros dos trabajadores humanitarios fueron asesinados por los Contras en la frontera norte de Nicaragua. Su muerte elevó la indignación internacional movilizando a cientos de internacionales para ir a Nicaragua, lo que a su vez amplió la presencia protectora en las zonas rurales.
Aunque en estos momentos es casi imposible que alguien entre en Gaza -y mucho menos un grupo numeroso-, las presiones aumentan rápidamente con el creciente reconocimiento de la condición de Estado de Palestina, la emisión de órdenes de detención por parte de la Corte Penal Internacional, la orden de la Corte Internacional de Justicia a Israel de acatar la Convención sobre el Genocidio y las negociaciones sobre el alto el fuego aún en curso. Al mismo tiempo, a nivel popular, estudiantes de todo el mundo están presionando para que se desinvierta de Israel, la Flotilla de la Libertad está presionando para entrar en Gaza y grupos como Jewish Voice for Peace están promoviendo un alto el fuego y el fin de la ayuda militar a Israel.
Si esperamos a prepararnos hasta que las oportunidades estén plenamente formadas, los militares ya se habrán desplegado. Demostrando nuestra preparación, construimos la realidad y la presión para utilizar la UCP.
Estas iniciativas diplomáticas, legales y de base se intensificarán y seguirán creando grietas, si no aperturas. Tenemos que estar preparados para aprovecharlas cuando se produzcan. Si esperamos a prepararnos hasta que las oportunidades estén plenamente formadas, los militares ya se habrán desplegado. Demostrando nuestra preparación, construimos la realidad y la presión para utilizar la UCP.
Actuando como un consorcio, los grupos de UCP pueden reunir una fuerza internacional a gran escala, experimentada y bien entrenada de personas protectoras civiles desarmadas que han demostrado que pueden proteger a civiles, disuadir la violencia, acompañar a rehenes, proteger la entrega de ayuda humanitaria, proteger hogares, apoyar la autoprotección de la comunidad y ayudar a la aplicación de alto el fuego. Pueden colaborar estrechamente con la sociedad civil local para construir una paz duradera. Disponer ahora de este recurso no hará sino acelerar el proceso de paz.
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La estrategia, profundamente mas efectiva que la militar, no cuenta con recursos comparables
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